Los habitantes del Hafa
cortesía de Vicente Berlanga |
Sí, ha llegado mayo con su disfraz de bochorno y su diadema de alergias.
Ya comienzan las calles a poblarse de semidesnudos gloriosos y cervezas
a media tarde. ¿Y Los Cuadernos del Hafa? Pues, puedo sentirme
gratamente feliz de que, como las flores del mes que habitamos, parecen
haber comenzado a germinar las historias que contiene entre los dedos
amables de unos cuantos lectores. Desde aquí hago público mi
agradecimiento a todos y cada uno de los que han leído y han disfrutado:
no hay mejor recompensa para este alevín de escritor que el saber que
sus palabras han conseguido guarida en los sentimientos de anónimos
lectores. Espero no olvidar a ninguno, aquí os doy cobijo.
De los sinsabores que han provocado (y aún) a este autor los oscuros
vericuetos de la distribución editorial...casi prefiero no hablar. Eso
sí, invito, a todo el que en trance de primera publicación se encuentre,
a contactar conmigo para ponerle sobreaviso de lo que se le viene
encima. Pero el lector, siempre y sólo él, es capaz de luchar contra las
contingencias y deambular librearías y páginas en internet a la busca y
caza de la novela deseada. Un honor que la mía lo haya sido para
tantos, y una delicia seguir recibiendo sus comentarios.
No deseo hoy extenderme. Finalizo ofreciendo mi disponibilidad absoluta
para comentar, departir, charlar, chatear, ayudar, colaborar, con todo
aquel que pueda sentir curiosidad por la novela o ya haya sucumbido a la
misma entrando en su laberinto tipográfico. Y agradecer infinito a
quien ha decidido dar a Los Cuadernos del Hafa la posibilidad de ver
mundo (véase foto que encabeza estas líneas, realizada en la Playa de
los Genoveses, en la costa de Almería)
Un placer...siempre!
Seguiremos informando
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